lunes, 31 de marzo de 2014

Cartografías de lo doméstico

Tejidos, territorialidades y subjetividades femeninas

Por María Eugenia Comerci

Los saberes heredados y transmitidos entre generaciones de mujeres del oeste de La Pampa (Argentina) han posibilitado que la práctica del tejido en telar persista a través del tiempo y se haya transformado, en las explotaciones del paraje Chos Malal, una importante fuente de ingresos.

En este marco pretendemos abordar los siguientes interrogantes: ¿cómo impactaron las políticas públicas dirigidas a la promoción de la actividad artesanal en las familias de  Chos Malal?, ¿cuáles son los momentos del proceso de elaboración de tejidos y qué espacios de socialización implican? y ¿cómo influye en la construcción identitaria y en las subjetividades de las mujeres del paraje la actividad textil? Para abordar las relaciones de género consideramos importante repensar desde dónde miramos el poder y la resistencia; la diferencia y la igualdad; lo doméstico y lo público. 
En este contexto discutimos algunas cuestiones sobre las relaciones género en los espacios rurales y la construcción de las diferencias. Luego de repensar algunas categorías teóricas orientadoras, pretendemos explorar los interrogantes planteados enmarcados en la metodología cualitativa. De este modo recurrimos a la interpretación de relatos orales de crianceras-artesanas del paraje Chos Malal y al análisis de documentos audiovisuales, informes técnicos y fotografías obtenidos en  el campo y en diferentes archivos. 

Para descargar el artículo completo así clik acá: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/estudios-rurales

jueves, 27 de marzo de 2014

Departamento de Loventué supera el tope de posesión extranjera de tierras



Según el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, el departamento de Loventué en La Pampa, junto a más de 50 partidos de otras 15 provincias, supera el límite de 15% de posesión de propiedades agropecuarias por parte de extranjeros.
Depto. Loventué

El departamento pampeano comprende al municipio de Telén, parte (incluyendo la cabecera) de las comunas de Carro Quemado y Victorica y parte del municipio de Luan Toro que tiene la cabecera en otro departamento. Además comprende enteramente la comisión de fomento de Loventuel.
Es, en promedio, superior al registrado en toda La Pampa. Los extranjeros son propietarios de 369.052 hectáreas de las 14.277.430 hectáreas de la provincia, lo que representa el 2,58%.
El tope fue establecido por la Ley 26.737, de Protección al Dominio Nacional sobre la Propiedad, Posesión o Tenencia de Tierras Rurales, sancionada en diciembre de 2011.
Los datos surgen del relevamiento realizado por el Registro Nacional de Tierras Rurales (RNTR) sobre el grado de extranjerización de predios dedicados a distinto tipo de explotaciones agrícolas y pecuarias.
El análisis se efectuó con base en las declaraciones juradas presentadas por ciudadanos y empresas del exterior; información provincial catastral y dominial; direcciones de Personas Jurídicas; y organismos nacionales como la Dirección Nacional de Fronteras y de Migraciones e Instituto Geográfico Nacional, entre otras instituciones, publicó Télam.


En provincia de Buenos Aires, los departamentos con mayor porcentaje de tierras en manos de extranjeros son Zárate y Campana, que si bien se ubican en el borde de la denominada "zona núcleo" de producción de granos, las actividades agropecuarias son limitadas por tratarse de partidos con amplia urbanización y fuerte presencia industrial.
Distinto es el caso de otras localidades como Garay (en el centro este de Santa Fe); Cerrillos y Cafayate (en la zona tabacalera y vitivinícola de Salta, respectivamente).
El listado del RNTR incluye a Catamarca (La Paz, Paclín, Santa María y Tinogasta); Chubut (Cushamen); Corrientes (Berón de Astrada, Concepción, Goya, Ituzaingó, Mercedes, San Cosme, San Miguel y San Roque); y Jujuy (El Carmen, Humahuaca y San Pedro).
También exceden el tope de extranjerización La Rioja (General Lamadrid y Vinchina); Misiones (Capital, Concepción, Eldorado, General Belgrano, General San Martín, Iguazú, Montecarlo y San Ignacio); Neuquén (Lacar); Río Negro (Bariloche); y Salta (General Güemes, Guachipas, La Viña, Molinos, Orán y San Carlos, además de los ya mencionados).
Por último, el Registro detectó excesos en la propiedad de extranjeros en San Juan (San Martín e Iglesia); Santa Cruz (Güer Aike y Magallanes); Santiago del Estero (Aguirre, Belgrano y Jiménez); y Tucumán (Cruz Alta).

Fuente: Diario textual, 25 de marzo de 2014 http://www.diariotextual.com

martes, 25 de marzo de 2014

Mucho más que simples colaboradores


REVELACIONES DE LOS ARCHIVOS DE LA DICTADURA. LA “COCINA” DE LA LEY DE ENTIDADES FINANCIERAS

El rol del poder económico, corporizado en Martínez de Hoz y los grupos financieros, detrás de decisiones fundamentales de la dictadura. Cómo se armaron y discutieron las leyes económicas que instalaron un nuevo país.

 Por Raúl Dellatorre
 
José Alfredo Martínez de Hoz, ministro de Economía de la dictadura. Articulador de las fuerzas que provocaron el golpe y luego le sacaron provecho.
Entre la amplia documentación hallada en el Edificio Cóndor, del Ministerio de Defensa, proveniente de los archivos de la dictadura, se encontraron elementos que permiten reconstruir, en una parte sustancial, cómo fue el proceso de elaboración y construcción final de dos leyes fundamentales en la estructura económica que empezó a delinearse en aquellos años: la Ley de Inversiones Extranjeras y la Ley de Entidades Financieras. Los proyectos originales, la forma en que fueron modificados antes de convertirse en ley, algunas transcripciones taquigráficas de los debates entre integrantes del equipo económico comandado por José Alfredo Martínez de Hoz y miembros de las Fuerzas Armadas, así como apuntes de las propias fuerzas con comentarios y objeciones a parte del articulado, dan cuenta de cómo se fue trazando un camino que derivó en el proceso de concentración económica y extranjerización que ocurrió en los años posteriores. La defensa irrestricta, por parte del equipo económico de la dictadura, así como de directivos empresarios convocados y consultados para la elaboración de estos proyectos, dejan ver además que el papel de los grupos económicos dominantes de la época no fue el de simples “colaboradores”, sino que fueron los auténticos mentores del proyecto económico que representó (junto al implantado por la dictadura de Augusto Pinochet en Chile) el primer avance del modelo neoliberal en la región.
La dictadura encabezada por Jorge Rafael Videla había creado, en 1976, un cuerpo conformado por las tres armas, denominado Comisión de Asesoramiento Legislativo, la CAL, que cumplía las funciones de organismo “legislativo”, elaborando proyectos de leyes para ser promulgados por el Poder Ejecutivo. En oportunidad de la elaboración del proyecto de Ley de Entidades Financieras, convocó a consulta a diversas organizaciones empresarias del sistema para que dieran su aporte. Los bancos de la época estaban agrupados en tres entidades gremiales: Adeba, ABRA y Abira. Quienes concurrieron para “colaborar” en la redacción por cada una de estas entidades fueron Benedicto Bianchi, Luis María Gotelli y Pablo Terán Nogués. Además, por el sector de las compañías financieras participó Rodolfo Guido Martelli. Todos ellos habían sido propuestos y nombrados por resolución del ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz, como integrantes de la “comisión ad hoc” que asesoraría al Ejecutivo en esa tarea. Todos ellos constituían la más auténtica representación del poder financiero.
En la documentación encontrada en el mes de octubre de 2013 en los archivos del Edificio Cóndor consta el rol que cumplieron estos “asesores”, coordinados por el secretario de Programación Económica y viceministro, Guillermo Walter Klein, incluso enfrentando en algún caso la opinión de los representantes de las Fuerzas Armadas. En la discusión por la nueva Ley de Entidades Financieras, entre septiembre de 1976 y primeros meses de 1977, los representantes de la banca privada acordaron que el Banco Central mantuviera el rol de autoridad monetaria, pero hicieron oír su queja porque consideraban que el sistema beneficiaba a la banca oficial en desmedro de la privada. Esto originó un intercambio de opiniones con los militares que participaban de estos encuentros, quienes argumentaron que la banca privada gozaba del derecho otorgado por el Estado de “trabajar con fondos de terceros, captar fondos del público y prestarlos, ejerciendo una actividad comercial sumamente privilegiada” y, sin embargo, “pretende mostrarse a la actividad privada como perjudicada, cuando no es así la realidad”.
En ese debate, terció la posición del Ministerio de Economía, representada por Guillermo W. Klein, claramente a favor de los bancos, exigiendo además que no se hiciera ningún tipo de distinción entre banca local y extranjera. El funcionario defendió la idea de generar un sistema lo suficientemente “flexible”, para facilitar la concurrencia del capital privado y la conformación de un sistema basado en “entidades solventes”. De ese debate, surge un proyecto definitivo de ley en el que no sólo elimina restricciones o condiciones que originalmente se le imponían al capital extranjero para participar en las entidades financieras locales, sino que además se avanza en la eliminación de entidades menores mediante su obligación de convertirse en financieras o bancos, o desaparecer.
Se favorecen, en el articulado definitivo, las entidades financieras “de amplio campo operativo” y de mayor patrimonio, limitándose la especialización y facilitando la expansión de las entidades “integrales”. También quedan relegadas las instituciones financieras regionales, al eliminarse los requisitos o las ventajas para atender ese segmento del mercado. Decenas de cajas de crédito, sociedades de ahorro y préstamo, o de crédito y consumo, desaparecieron o debieron fusionarse en compañías financieras o bancos que apenas pudieron durar uno o dos años más, para caer finalmente bajo el peso de la concentración financiera que sucedió a la aplicación de la ley.

Prohibido prohibir

La posición del Ministerio de Economía, absolutamente afín a los intereses de los grupos financieros más concentrados, quedó prolijamente expresada en la Exposición de motivos que acompañó la ley que aprobó el Ejecutivo. Allí quedaron transcriptos los criterios contrapuestos con los que el equipo comandado por Martínez de Hoz iba a considerar a las entidades menores (cajas de crédito) y a los bancos comerciales, llamados a ser los artífices de la concentración y actores principalísimos del proceso de valorización financiera que se ponía en marcha. En dicha Exposición puede leerse (facsímil en esta página):
Cajas de Crédito (Título II Capítulo 7)
“De las operaciones de esta clase de entidades se ha suprimido la facultad de recibir depósitos a la vista puesto que, como se ha expresado, el rol de intermediarios monetarias debe quedar reservado para los bancos comerciales.”
Operaciones prohibidas y limitadas (Título II Capítulo 9)
“Las operaciones prohibidas y limitadas a las entidades financieras (banca comercial) han sido reducidas a las que se consideran realmente incompatibles con su actividad. En consecuencia, queda implícitamente autorizado, por ejemplo efectuar inversiones en inmuebles que no sean de uso propio o que lo sea sólo parcialmente. De este modo, se atiende a una realidad sin hacer necesarios la búsqueda de complejas figuras. Además, previa autorización del Banco Central, las entidades autorizadas podrán ser titulares de acciones de otras entidades financieras, cualquiera sea su clase, con lo cual se promueve la coparticipación, la interacción y en definitiva la integración y concentración de entidades.”
Es, precisamente, lo que ocurrió en los años siguientes a la promulgación de la ley: un fuerte proceso de concentración del sistema bancario que posibilitó que las entidades más poderosas y con participación de capital extranjero, absorbieran a las entidades más nuevas que se formaron producto de la transformación de cajas de crédito o bancos regionales que habían intentado adaptarse al nuevo régimen.

Puertas abiertas

Este proceso, además, se vio favorecido por otra victoria obtenida por el equipo económico de Martínez de Hoz en la puja que se dio en la confección, en paralelo, de la Ley de Entidades Financieras y la de Inversiones Extranjeras: la pelea por la flexibilidad de acceso al capital extranjero.
Según consta en los archivos hallados en octubre pasado, el 17 de enero de 1977 tuvo lugar una reunión entre el ya mencionado Guillermo Walter Klein y representantes militares de la CAL, en la que se dio un fuerte cruce de opiniones en torno de las facultades del capital extranjero. De esa reunión se encontró una copia de la transcripción taquigráfica, en la que consta la preocupación del coronel Ernesto J. Tacchi, miembro de la CAL, por la posibilidad de que por vía de testaferros, empresas que aparecían como de capital nacional pudieran ser manejados por capitales extranjeros. Sostenía, en tal sentido, la necesidad de llevar un “registro rubricado” de quiénes asistían a las asambleas de accionistas y qué acciones representaba, y proponía su inclusión en la Ley de Inversiones Extranjeras. Este planteo fue rechazado por Klein con un argumento que, con los años, se transformó en un clásico del neoliberalismo: la inseguridad jurídica. El número dos de Martínez de Hoz le respondió al coronel Tacchi, según versión taquigráfica, que “la autoridad de aplicación (el Ministerio de Economía) no va a hacer distinciones o discriminaciones, no se va a aliar con el capital nacional para disminuir la proporción que tengan los accionistas extranjeros en las sociedades locales. Reitero que el fundamento no está en la Ley de Inversiones Extranjeras, sino en nuestra legislación nacional, y hace al principio de seguridad jurídica y a la justicia en materia patrimonial a que tienen derecho los inversores extranjeros para mantener sus posiciones relativas en los capitales de las empresas”. El texto definitivo quedó como pretendían Klein y Martínez de Hoz, a quien David Rockefeller llamaba familiarmente “Joe”.
Tal cual como plantea acertadamente un documento preliminar elaborado por la Comisión de Derechos Humanos de la CNV, que participa en la clasificación y análisis de los documentos hallados por el Ministerio de Defensa, la defensa de los criterios a favor de la concentración económica y la apertura al ingreso del capital extranjero que levantaban como estandartes el equipo económico y entidades privadas representantes del poder económico y financiero, incluso enfrentándose a representantes de las Fuerzas Armadas, revela el rol central que jugaron estos intereses en el proceso “refundacional y reorganizador” de la última dictadura. Un proceso cuyo objetivo final no era otro que imponer una lógica de acumulación asociada a los intereses de los sectores hegemónicos del capital internacional, con consecuencias “que perduran hasta nuestros días”.
 
Fuente: Página 12, 23 de marzo de 2014

lunes, 17 de marzo de 2014

Equidad de género, mercado de trabajo y sindicalismo en Argentina


Por Eliana Aspiazu


En las últimas décadas, se evidenciaron en nuestro país importantes avances en la inclusión de la perspectiva de género en la legislación, las políticas públicas y la normativa de regulación de las relaciones laborales. A su vez, se crearon organismos especializados en temas de género y aumentó la participación femenina en los sindicatos a partir del aumento en la inserción laboral de las mujeres y de la sanción de la ley de cupo femenino. A pesar de ello, aún se está lejos de una inclusión significativa de la perspectiva de género en la política sindical y en los ámbitos de negociación colectiva.

Este artículo presenta un breve recorrido teórico y empírico que vincula las dimensiones de género, trabajo y sindicalismo. Desde una mirada teórica, se analiza la inclusión de la dimensión de género en el campo de estudios del mundo del trabajo y de las relaciones laborales. Con una visión empírica se indaga en los avances y obstáculos de la participación de las mujeres en el mercado laboral y en el ámbito gremial, así como sobre algunos mecanismos de promoción de la igualdad, tales como las leyes de cupo y la negociación colectiva.
Para descargar el archivo completo hacé clink acá: http://www.iade.org.ar/uploads/c87bbfe5-870b-2d79.pdf

martes, 11 de marzo de 2014

Despojos pasados y presentes

Nuevas formas de producción, nuevas realidades

Por María Eugenia Comerci

La argentina rural, en los últimos veinte años, ha sido testigo de una serie de cambios en la estructura social y productiva. Estos procesos se vinculan directamente con las nuevas valorizaciones de los recursos naturales asociadas con el avance del capitalismo sobre la rica y diversa producción familiar. La penetración del capital en la Argentina en las últimas décadas supone la expansión de la agricultura por contrato, los pools de siembra y las grandes inversiones extranjeras en los espacios rurales asociadas con actividades agropecuarias, hidrocarburíferas y con la mega-minería. Estas asociaciones expresan lógicas territoriales empresariales, guiadas por la búsqueda de ganancia en el corto plazo. Así, regiones con una organización preexistente campesina y/o indígena como el oeste de La Pampa, se han valorizado y empiezan a recibir distintas presiones.


La novedad modifica las tramas sociales lo que deviene, en algunos casos, en procesos de expulsión de productores familiares a menudo poseedores de tierras fiscales o privadas y aparceros precarios. Ante la revalorización de amplios espacios del país puestos en producción para la exportación, se ha expandido la frontera ganadera, el negocio inmobiliario, la actividad turística y el impulso hidrocarburífero, siendo el oeste de La Pampa un espacio atractivo para el desarrollo de estas inversiones. En este marco, están creciendo las disputas por el uso y la apropiación de los recursos naturales.

Sin embargo, las situaciones de despojo en el oeste de La Pampa, lejos de ser recientes, tienen una raíz histórica asociada con el mismo proceso de construcción de este territorio, el exterminio de los pueblos originarios, la mercantilización y la concentración de las tierras. Además, la región también sufrió, mediados de siglo XX, el despojo de sus recursos hídricos vitales, lo que ha imposibilitado el uso y manejo del agua, y con ello, de la vida. A esta secuencia de despojos se suman, en los últimos veinte años, los conflictos por el acceso a los recursos del monte, la apropiación de los mismos y el avance de la actividad hidrocarburífera con las nuevas dinámicas territoriales que la actividad conlleva.

Ante la fuerte demanda de tierras para la ganadería dada la valorización de la zona núcleo agrícola, se produjo un aumento de los precios que sedujo el ingreso de agentes no agrarios al espacio rural. Estos procesos, unidos al avance del modo de vida urbano, están redefiniendo hoy las prácticas productivas de los puesteros y alterando sus tradiciones. De este modo, cambia la organización espacial del oeste pampeano asociada al uso del “monte abierto” y se ponen en tensión distintas formas de producir. A estos procesos se suma la permanente seducción que produce la vida urbana y lo que llamamos “doble residencia” (puesto/pueblo), que supone un gradual abandono de la producción caprina, una actividad socialmente femenina y el traslado definitivo de toda la familia al pueblo.

Estos procesos pueden devenir en una “descomposición” de las unidades domésticas, ya que en las nuevas realidades no existe trabajo para todos los miembros del grupo. Por otro lado, es preocupante la tenencia precaria de la tierra que ejercen muchas familias y la presión que se está generando ante el avance de la frontera ganadera y petrolera.

Otros problemas se asocian con la comercialización del ganado y las artesanías, ante la atomización de los productores y la demanda concentrada y estacional que dan como resultado productos subvaluados, con discontinuidad en la compra; o bien exigencias en calidad y cantidad que no siempre pueden ser atendidas por los puesteros/as y artesanos/as. Otro obstáculo es la necesidad de abastecerse de productos de consumo no obtenibles en el puesto, que a menudo son vendidos por ambulantes con altos sobreprecios. Además las grandes dificultades en las vías de comunicación y el acceso a los medios de transporte repercuten en altos costos en movilidad y fletes. Si bien es cierto que en los últimos diez años, la incorporación de ingresos fijos a las unidades productivas desde el estado, mediante pensiones, jubilaciones, asignaciones universales, subsidios a la producción y demás transferencias sociales, ha reducido el riesgo de abandono de las explotaciones, aun no es suficiente para garantizarlo.

En este marco, y en un conflictivo escenario ante la revalorización del espacio: ¿de qué depende el futuro de los pobladores del oeste de La Pampa? Sin dudas hay una cuota de responsabilidad en la capacidad de lucha y resistencia de los grupos domésticos, pero es fundamental la toma de decisiones políticas.
Los puesteros tienen a favor la disponibilidad de mano de obra familiar, el compromiso de los integrantes del grupo doméstico con las tareas de la unidad productiva y la existencia de lógicas tendientes a la supervivencia del grupo. Ello posibilitó en el pasado, la generación de distintas actividades ganaderas, artesanales y de caza-recolección dentro del “monte abierto”, espacio vital que proveyó de alimentos, insumos e ingresos extras a los grupos.

La reproducción de saberes transmitidos de generación en generación ha facilitado la supervivencia en estos duros ambientes semidesérticos. Los escasos costos de producción, combinados con un reducido y austero consumo doméstico, junto con flexibles los sistemas de intercambio, han permitido entrelazar fuertes lazos comunitarios entre familiares, vecinos, comerciantes, religiosos y técnicos. Estas redes, especialmente en momentos de crisis, posibilitaron la generación de mecanismos de colaboración, ayuda mutua y reciprocidad. Vínculos que unidos a un modo de vida relativamente común y a la posesión de la tierra, permitieron un uso “compartido” de los espacios de pastoreo, que hoy se disputan con agentes empresariales. Más allá de los esfuerzos realizados, el estado deberá intervenir más profundamente en este espacio si se quiere impedir un nuevo despojo a una zona que ya ha sufrido demasiados.

Fuente: Revista Primero de Octubre N179, CPE, Marzo de 2014.
Para descargar el archivo en pdf hacé clik acá: http://www.cpe.com.ar/SecProOctubrePdfs.aspx

viernes, 7 de marzo de 2014

Política petrolera, empresas y seguridad energética


Por Víctor Bronstein
El acuerdo entre YPF y Repsol, aunque aún falten los términos concretos de la negociación, cierra el capítulo de la expropiación del 51% de las acciones de las acciones que la petrolera española tenía en YPF, lo que permitió recuperar YPF para el Estado argentino, abriendo un nuevo capítulo en la historia de los hidrocarburos en Argentina.Si bien el Estado argentino recupera YPF, esta YPF no es la misma que antes de su privatización en la década de los ’90, la cual era ciento por ciento estatal.




Cuando se crea YPF en 1922, nuestro país no contaba con una ley de hidrocarburos y el objetivo fundamental fue entonces tener una herramienta para defender el recurso petrolero de la avidez de las grandes empresas extranjeras y evitar el monopolio en la comercialización de combustibles. En 1923, Mosconi define un plan estratégico para la empresa con tres objetivos fundamentales: 1) Hacer de YPF una empresa integrada con producción, destilación, transporte, almacenamiento y distribución. 2) Actuar como regulador del mercado, bajando los precios a niveles convenientes a los intereses nacionales, arrastrando en ese movimiento a las empresas privadas, y 3) Lograr el autoabastecimiento. Es decir, la empresa petrolera nace para llevar a cabo una política petrolera.

El autoabastecimiento fue la asignatura pendiente de Mosconi y su legado, y marcó la historia del petróleo en nuestro país, donde sólo en breves períodos este objetivo fue cumplido. Las características geológicas de nuestro país explican en gran medida esta situación. Sin embargo, en aquel entonces el mundo contaba con grandes reservas de petróleo y, por lo tanto, la búsqueda del autoabastecimiento tenía fundamentalmente un objetivo económico, ya que provocaba un déficit importante en nuestra balanza comercial. El segundo gobierno peronista, por ejemplo, sufrió este problema, ya que en los años 1951, 1952 y 1953 los combustibles representaron el 15,1; 21,2; y 22,9% respectivamente de las importaciones totales de Argentina. Ante esta situación, Perón decide ir a fondo con el objetivo del autoabastecimiento y plantea la firma del contrato con la Standard Oil de California, reconociendo la imposibilidad operativa y financiera de YPF para alcanzar este objetivo y, lo que es más importante, que la política energética la debe definir el estado, no la empresa petrolera estatal.

En los ’90, Menem cambia el paradigma y, siguiendo las políticas de reforma del Estado impulsadas por el Consenso de Washington, acepta las políticas de integración energética regional propuestas por Estados Unidos, privatiza YPF y desregula el sector petrolero. Argentina aumenta así de manera significativa su producción de hidrocarburos, pero dejando que el mercado fije las condiciones y sin tener en cuenta las cuestiones estratégicas. En ese momento se consideraba que el petróleo era un commoditie más y que el mercado se podía hacer cargo de conseguirlo. Hasta la reciente recuperación de YPF, estábamos pagando las consecuencias de esas políticas que nos condenaban a ser un país importador de energía.

Además, hoy el escenario es completamente distinto. Si bien la importación de gas natural y derivados del petróleo genera déficits comerciales, la problemática es mucho más trascendente y hace a la necesidad de garantizar la energía para nuestro desarrollo. El petróleo está comenzando a dar síntomas de agotamiento a nivel mundial y poseer este recurso se convierte en una cuestión estratégica.

Según los estudios prospectivos del Departamento de Energía de EE. UU., el consumo global de petróleo pasará de los actuales 91 millones de barriles diarios a 115 mbd y la producción de gas de los 3,2 billones de m3 actuales a 5,3 billones de m3. El problema es que el mundo ha alcanzado su máxima producción de petróleo convencional y los descubrimientos de nuevos yacimientos vienen decayendo año a año desde 1960, cuando se alcanzó el pico de descubrimientos. Estos estudios reconocen que no se sabe bien de dónde saldrá el petróleo y el gas que el mundo necesita para su funcionamiento. Es en este contexto que el desarrollo de los recursos no convencionales que tiene nuestro país se convierte en una cuestión de estado, no sólo una oportunidad económica. El gobierno de Cristina Kirchner ha comprendido esto y ha establecido una política petrolera en este sentido. Para eso necesitaba la herramienta, y la herramienta no es volver a la YPF del siglo pasado sino a una nueva YPF, una YPF mixta.

En el mundo encontramos tres tipos de empresas petroleras, cada una de las cuales tiene diferentes historias, estrategias operativas y objetivos de producción.

Por un lado están las llamadas international oil companies (IOCs), entre las cuales encontramos a Exxon Mobil, Shell, BP y Chevron, entre otras. Estas empresas son totalmente privadas y tienen como objetivo principal incrementar el valor de sus acciones y toman sus decisiones de inversión en función de factores económicos, así lo hacía Repsol-YPF antes de su recuperación. Estas empresas suelen tener un buen sistema de gestión, capacidad tecnológica y recursos financieros para desarrollar y producir los recursos petroleros en los países donde operan y venden su producción en el mercado mundial. Si bien están condicionadas por las leyes de esos países, todas las decisiones, en última instancia, se toman en función del interés de la empresa. Este tipo de empresas dominaron el mercado mundial del petróleo hasta la crisis petrolera de 1973, donde los países productores de petróleo nacionalizan sus recursos y se crearon las empresas nacionales en los países árabes y en Venezuela. Es decir, el mundo aceptó y acepta que los estados expropien a las empresas petroleras privadas, ya que es un acto de soberanía. Hoy, las IOCs tienen sólo el 10% de las reservas petroleras mundiales, pero producen cerca del 40% del petróleo a nivel global.

Luego, están las denominadas Nacional Oil Companies (NOCs), las cuales funcionan como una extensión de los gobiernos y con objetivos estratégicos que trascienden la lógica económica. En general, estas empresas nacieron con el objetivo de defender los recursos petroleros y apropiarse de su renta. Entre estas encontramos hoy a Saudi Aramco (Arabia Saudita), Pemex (México, Pdvsa (Venezuela), NIOC (Irán) y el resto de las empresas estatales de los países pertenecientes a la OPEP; en este lugar también estaba YPF antes de su privatización. Estas empresas funcionan adecuadamente en los países con grandes recursos petroleros, que no ha sido el caso de Argentina, de ahí las dificultades que tuvo la YPF cien por ciento estatal. También tenemos dentro de esta categoría a las empresas nacionales chinas, aunque el objetivo estratégico de estas compañías es actualmente garantizar el petróleo que necesita China, buscando reservas por todo el mundo, ya que su producción local no pudo seguir el ritmo de crecimiento económico. Hoy, las NOCs producen casi el 60% del petróleo a nivel mundial.

Por último están las empresas mixtas. Este tipo de empresas, si bien tienen participación accionaria estatal, no funcionan como una extensión del gobierno y poseen una autonomía estratégica y operativa que le permite una gestión dinámica y acceso al mercado de capitales. Son empresas que tratan de equilibrar las preocupaciones y objetivos del país al cual pertenecen con su estrategia empresarial. Entre este tipo de compañías se destacan Petrobras y Statoil de Noruega, y ahora tenemos a la nueva YPF. Las características de los recursos no convencionales hace que se requieran grandes inversiones, y para eso una YPF mixta es la herramienta más adecuada.

Sin embargo, en el contexto energético mundial, además de la recuperación de YPF, debemos tener una política nacional para garantizarnos los recursos hidrocarburíferos. Es una debilidad institucional que los acuerdos que firme YPF dependan de las legislaturas provinciales o que el desarrollo de los recursos no convencionales estén sujetos a que un municipio, sin ningún rigor técnico, se declare como libre del fracking.

La energía es una cuestión de seguridad nacional, por lo tanto debemos volver al Art. 40 de la Constitución de 1949 que establecía que “…Los minerales, las caídas de agua, los yacimientos de petróleo, de carbón y de gas, y las demás fuentes naturales de energía, con excepción de los vegetales, son propiedades imprescriptibles e inalienables de la Nación…”.


Miradas al Sur - Diciembre de 2013