martes, 30 de abril de 2013

Oleaginización de la agricultura argentina

Por
Analía S. Conte
Mariana Etchepareborda
Mariela Marino
Fernando Vazquez Róvere 

El presente trabajo tiene por objetivo principal analizar la evolución y el comportamiento de la
agricultura argentina, en el período comprendido entre 1970 y 2005. En esta presentación se
pretende efectuar un análisis acerca de la distribución cualitativa y cuantitativa de la producción
agrícola tradicionalmente típica de la región pampeana argentina. La condición fundamental del
análisis es brindar una visión no sólo temporal, sino particularmente territorial.
Esta presentación es parte de un trabajo mayor cuyo sustento teórico es el territorio entendido
como una realidad conformada por aspectos físicos, interrelaciones sociales y aspectos
institucionales y culturales. 
Sin embargo, en es
ta oportunidad se ha excluido deliberadamente el
análisis de los otros indicadores de la evolución de la agricultura sobre todo los de carácter
social e institucional.
El territorio es entendido como el medio en el que se desarrollan las relaciones entre los
actores locales y la producción de ese territorio es sólo una parte en la contribución para el
desarrollo rural. Sin embargo en tiempos como los actuales, quizás más que nunca, es
imposible perder de vista que las decisiones
nes productivas en cuanto a las condiciones y
potencialidades de los territorios están sumamente supeditadas también a decisiones
exógenas. Dado lo ajustado de esta presentación, el análisis que se presenta aquí abarca sólo
los aspectos físico económicos de la producción agrícola del territorio argentino.
Somos conscientes que si bien se pretende exceder el horizonte sectorial apenas se esbozan
los procesos de transformación productiva y organizativa de los territorios y no se profundizan
en forma exhaustiva, la dinámica de las relaciones sociales en ellos emergentes.
Se ha elaborado, mediante el auxilio de un sistema de información geográfica una serie de
mapas en los que se volcaron las estadísticas que elabora el Área de Estimaciones Agrícolas
dependiente de la Dirección de Coordinación de Delegaciones de la Secretaría de Agricultura
Ganadería, Pesca y Alimentación de la Nación. 
Para seguir leyendo y descargar el trabajo hacé clik acá: 
http://www.laargentinaenmapas.com.ar/caste/docu/oleaginizacion_de_la_agricultura_argentina.pdf

jueves, 25 de abril de 2013

Fronteras, territorialidades y tensiones en espacios de borde



Autor: Comerci, María Eugenia    (CONICET-Centro de Estudios de la Argentina Rural; Universidad Nacional de Quilmes; Universidad Nacional de La Pampa. Departamento de Geografía)

Revista: Geograficando 2012 8(8) : 189-211
Editor: Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Departamento de Geografía
Tipo de documento: ARTICULO
Estado: Publicado
Título sección: Artículos.
Resumen: La expansión de la frontera agrícola en la región pampeana argentina supuso la revalorización de los espacios de "borde", considerados "marginales" por el capital. El propósito de este artículo es interpretar los impactos socioterritoriales, desde los planos materiales y simbólicos, que está generando la expansión de la frontera productiva (agropecuaria y petrolera), liderada por agentes con perfil empresarial, en el centro-oeste de La Pampa. Desde el abordaje interpretativo que ofrecen las metodologías cualitativas proponemos analizar, mediante un estudio de caso, cómo estos procesos de expansión de la frontera alteraron y redefinieron el campo social entre los años 2000 y 2010, la construcción social del espacio y las relaciones de poder en el paraje Chos Malal
Palabras claves: Expansión agraria - Poder - Espacios marginales

Filiaciones: Comerci, María Eugenia - CONICET-Centro de Estudios de la Argentina Rural; Universidad Nacional de Quilmes; Universidad Nacional de La Pampa. Departamento de Geografía

Cita sugerida: Comerci, María Eugenia (2012) Fronteras, territorialidades y tensiones en espacios de borde (En línea). Geograficando, 8(8) : 189-211. 

domingo, 21 de abril de 2013

Maduro: una victoria necesaria

Maduro: una victoria necesaria
Atilio A. Boron
Publicado el 19/4/2013 18:10:00 en Revista Realidad Económica

Era fundamental que ganase Nicolás Maduro, y ganó. Pero ganó a duras penas, lo cual exige desentrañar las causas del bajón sufrido por el chavismo y el notable aumento experimentado por la derecha. Fue una victoria que puso en evidencia la endeblez metodológica de las encuestas que de uno y otro lado pronosticaban una holgada victoria del candidato chavista. Sobre el veredicto de las urnas lo primero que hay que decir es que su desconocimiento por parte de Henrique Capriles no es en modo alguno sorprendente. Es lo que señala para casos como este el manual de procedimientos de la CIA y el Departamento de Estado cuando se trata de deslegitimar a un proceso electoral en un país cuyo gobierno no se somete a los dictados del imperio.
 Si bien la distancia entre uno y otro fue muy pequeña, no tuvo nada de excepcional a la luz de la historia venezolana: en las elecciones presidenciales de 1978 Luis Herrera Campins, candidato del COPEI obtuvo el 46.6 por ciento de los votos contra el 43.4 de su rival de Acción Democrática. Diferencia: 3.3 por ciento, y el segundo reconoció de inmediato el triunfo de su contendor. Antes, en 1968, otro candidato del COPEI, Rafael Caldera, accedió a la presidencia con el 29.1 por ciento de los sufragios, imponiéndose sobre el candidato de AD, Gonzalo Barrios, quien obtuvo el 28.2 por ciento de los votos. Diferencia: 0.9 por ciento y asunto concluido. Más próximo en el tiempo, contrasta con el autoritario empecinamiento de Capriles la actitud del por entonces presidente Hugo Chávez que, en el referendo constitucional del 2007, admitió sin más trámite su derrota cuando la opción por el No obtuvo el 50.6 por ciento de los votos contra el 49.3 por ciento del Si a la reforma que él favorecía. A pesar de que la diferencia fue de poco más del 1 por ciento Chávez reconoció de inmediato el veredicto de las urnas. Toda una lección para el ofuscado perdedor.

Resultados electorales muy ajustados son más frecuentes de lo que se piensa. En Estados Unidos, sin ir más lejos, en la elección presidencial del 7 de Noviembre del 2000 el candidato demócrata Al Gore se impuso en la votación popular con el 48.4 por ciento de los votos, contra el republicano George W. Bush, quien obtuvo el 47.9 de los sufragios. Como se recordará, una fraudulenta maniobra efectuada en el colegio electoral del estado de Florida -cuyo gobernador era casualmente Jeb Bush, hermano de George W.- obró el milagro de “corregir los errores” en que había caído un sector del electorado de la Florida posibilitando el ascenso de Bush a la Casa Blanca. En suma, el que perdió ganó, y viceversa: todo un ejemplo de soberanía popular de la democracia estadounidense. En las elecciones presidenciales de 1960 John F. Kennedy, con el 49.7 por ciento de los sufragios, se impuso a Richard Nixon que cosechó el 49.6. La diferencia fue de apenas el 0.1 por ciento, poco más de 100.000 votos sobre un total de unos 69 millones, y el resultado fue aceptado sin chistar. Pero en Venezuela las cosas son diferentes y la derecha grita “fraude” y exige un recuento de cada uno de los votos, cuando ya Maduro accedió a efectuar una auditoría. Llama la atención, no obstante, la intolerable injerencia del inefable Barack Obama que no dijo ni una palabra cuando le robaron la elección a Al Gore pero encontró tiempo ayer por la tarde para decir, por boca de su vocero, que era "necesario" y "prudente" un recuento de los votos dado el resultado "extremadamente reñido" de las elecciones venezolanas. ¿Admitiría que un gobernante de otro país le dijera lo que tiene que hacer ante las poco transparentes elecciones estadounidenses?

Dicho lo anterior, ¿cómo explicar la fuga de votos experimentada por el chavismo? Por supuesto, no hay una sola causa. Venezuela transitó desde la aparición de la enfermedad de Chávez (8 de Junio de 2011) por un período en donde las energías gubernamentales estuvieron en gran medida dirigidas a enfrentar los inéditos desafíos que tal situación planteaba para un experimento político signado por el desbordante activismo del líder bolivariano y por el hiper presidencialismo del régimen político construido desde 1998. Esa caracterización en un primer momento molestó a Chávez, pero luego hidalgamente terminó por reconocer que era correcta. Premonitoriamente Fidel le había advertido, ya en el 2001, que debía evitar convertirse “en el alcalde de cada pueblo.” En todo caso, el desconcierto que emanaba de la forzada inactividad de Chávez impactó fuertemente en la gestión de la cosa pública, con el consecuente agravamiento de problemas ya existentes, tales como la inflación, la estampida del dólar, la paralizante burocratización y la inseguridad ciudadana, para no mencionar sino algunos. Problemas, no está demás recordarlo, a los que se había referido más de una vez el propio Chávez y para enfrentar los cuales había planteado la necesidad del “golpe de timón” anunciado en el primer Consejo de Ministros del nuevo ciclo iniciado luego de la victoria del 7 de Octubre del 2012, durante el cual el líder bolivariano hizo un fuerte llamado a la crítica y la autocrítica, exigiendo a sus colaboradores mejorar radicalmente la eficiencia de ministerios y agencias, fortalecer el poder comunal y desarrollar un sistema nacional de medios públicos como ineludibles prerrequisitos de la construcción del socialismo. Señalaba en su intervención que “a veces podemos caer en la ilusión de que por llamar a todo “socialista” … uno puede pensar que con eso, el que lo hace cree que ya, listo, ya cumplí, ya le puse socialista, listo; le cambié el nombre, ya está listo.” De ahí su fuerte exhortación a fortalecer los consejos comunales, la socialización de la economía, la cultura y el poder. Decía, con razón, que “no debemos seguir inaugurando fábricas que sean como una isla, rodeadas del mar del capitalismo, porque se las traga el mar.” Pero junto a estos problemas de la gestión estatal hubo otros factores que también contribuyeron a la creación de un malestar social y un malhumor público: la derecha y el imperialismo trabajaron activamente, como lo hicieran en el Chile de Salvador Allende, para sabotear el funcionamiento de la economía y exasperar el ánimo de la población mediante el metódico desabastecimiento de productos esenciales, los cortes de energía eléctrica, la sospechosa actividad de grupos de paramilitares sembrando el terror en los barrios populares y la persistente campaña de denuncias y agravios en contra de Maduro vehiculizadas y agigantadas por su enorme gravitación en el manejo de los medios de comunicación de masas, facilitando así la deserción de un numeroso contingente de votantes.

La Revolución Bolivariana enfrenta una situación delicada pero que está lejos de ser desesperante o provocar la caída en un angustioso pesimismo. El desfachatado entrometimiento de Washington refleja su urgencia para acabar con la pesadilla chavista “ahora o nunca”, consciente de que se trata de una situación pasajera. Ante esto Maduro como presidente tiene que responder con serena firmeza, evitando caer en las previsibles provocaciones que le tiendan sus enemigos. Es innegable que tiene ante sí una sociedad partida al medio, donde la derecha por primera vez demuestra tener la capacidad para encuadrar y movilizar, al menos en el día de las elecciones, al 50 por ciento del electorado. Recuperar el predominio en ese terreno no es imposible, pero dependerá menos de la radicalidad de los discursos del oficialismo que de la profundidad y eficiencia de las políticas concretas que adopte Miraflores; dependerá, en suma, de la calidad de la gestión gubernamental para enfrentar los principales problemas que agobian a la población, tema sobre el cual Maduro insistió sensatamente en su discurso de anteanoche. No habría que subestimar, en este cuadro, el hecho de que hasta el 2016 la Asamblea Nacional tendrá una holgada mayoría chavista (95 sobre 165) y que el nuevo presidente contará con el apoyo de 20 de los 23 gobernadores de la República Bolivariana. La correlación de fuerzas, por lo tanto, sigue mostrando un claro predominio del chavismo, y la respuesta de numerosos gobiernos de la región y de fuera de ella -como China y Rusia, entre otros- agrega un importante reaseguro para la necesaria gobernabilidad y para avanzar en el impostergable cumplimiento del testamente político de Chávez, el ya aludido “golpe de timón.” Estamos seguros que el bravo pueblo venezolano estará a la altura de las circunstancias y de los retos que plantea la actual coyuntura.

Fuente: http://www.atilioboron.com.ar/2013/04/maduro-una-victoria-necesaria.html

martes, 16 de abril de 2013

Por qué suben los precios en Argentina

Articulos de Realidad EconómicaPublicado el 13/3/2013 
Aproximación al proceso de formación de precios en la industria argentina en la posconvertibilidad
Pablo Manzanelli - Martín Schorr - Realidad Económica Nº 273

A partir de la elaboración de un índice promedio de precios mayoristas industriales, el trabajo analiza el proceso de formación de precios en la industria argentina en la posconvertibilidad, en particular en las diferentes etapas que pueden identificarse en su interior.
Para leerlo y descargarlo hacé clik aquí: 

domingo, 7 de abril de 2013

Minera Potasio Río Colorado



La empresa brasileña anunció hace algunas semanas la postergación del plan para extraer potasio en Mendoza. Los analistas reflexionan sobre los motivos que llevaron a la firma a tomar esa decisión y proponen una mayor regulación de la minería.

 Interesante artículo sobre minería en el Río Colorado para leer hacer clik aquí
 

Nuevo imperialismo, por David Harvey


jueves, 4 de abril de 2013

Buenos Aires “siempre fue inundable” y requiere obras que no se hacen

Nota publicada en El Observador, 4 de abril de 2013

Expertos coinciden en que la mala gestión y el planeamiento urbano causan las inundaciones en la ciudad + - 04.04.2013, 05:00 hs Texto: -A / A+ © EFE Y AP Los más de 300 milímetros de agua que cayeron el lunes y martes en Argentina y causaron al menos 52 muertes lograron, por otra parte, volver a desatar el debate entre los expertos por el estado de las ciudades y la evitabilidad de estos sucesos.En el presupuesto de la Ciudad de Buenos Aires, de un total de 40.000 millones de pesos argentinos (US$ 7,8 millones al cambio oficial), figura el apartado “agua potable y alcantarillado”, de donde surgen los fondos “destinados a reducir la vulnerabilidad de la ciudad frente a las inundaciones”.Pese a que en 2012 también hubo inundaciones importantes –aunque no tan mortíferas como la actual–, ese año la partida fue de 636 millones de pesos y a mitad de período se habían ejecutado 92,9 millones, el 14 %. La cifra del presupuesto para 2013 es de 205 millones de pesos. Esto vale para Buenos Aires, donde ocurrieron seis de las 41 muertes registradas hasta ayer.“Esta ciudad siempre fue inundable, desde el primer fuerte que pusieron Mendoza y Garay”, explicó el martes de noche en televisión Eduardo Reese, arquitecto y urbanista de la Universidad Sarmiento, quien consideró que “hay que construir distinto” y respetar los requerimientos de la sostenibilidad urbana.
En el programa Palabras Más, Palabras Menos de TN, Ernesto Seltzer, director del área de urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, explicó que debajo de la capital corren los arroyos de desagüe, que están entubados y terminan en el Río de la Plata. Esos cauces no dan abasto y se necesitan obras para ampliar su caudal, de manera que desaparezcan estas “tragedias evitables”.Rodolfo Livingston, arquitecto experimentado, explicó en ese mismo medio que las inundaciones de este tipo en Argentina tienen cuatro causas principales.Por un lado, el aumento de la densidad de construcción, que no respeta los arroyos de desagüe. Por otro, la creciente impermeabilización de la ciudad, que lleva a tapar con asfalto las calles de adoquines, que absorben hasta 20% del agua. Luego, la disminución de áreas verdes –que en Buenos Aires son 10 veces menores que las deseables– y, finalmente, la orientación del presupuesto, que no se utiliza para ampliar los caudales de aguas entubadas.“Aquí se necesita gestión: cómo se mantiene la ciudad para evitar estas tragedias”, resumió Seltzer.

http://www.elobservador.com.uy/noticia/247403/buenos-aires-siempre-fue-inundable-y-requiere-obras-que-no-se-hacen/