viernes, 1 de noviembre de 2013

"Se está haciendo una extrapolación peligrosa"

Vaca Muerta: entrevista al geólogo Carlos Camilletti

La formación Vaca Muerta está a más de 3.000 metros de profundidad, por lo menos en el sector que YPF quiere explotar junto con Chevron. Por ello, el uso de técnicas especiales no conlleva riesgos ambientales.
El manejo de la información sobre el yacimiento Vaca Muerta y su capacidad para generar hidrocarburos "es peligroso" porque se está extrapolando a casi toda la Cuenca Neuquina el conocimiento sobre una fracción muy pequeña. Así lo afirmó el geólogo Carlos Camilletti, docente universitario y conocedor del ahora famoso yacimiento neuquino. "En un yacimiento, las condiciones geoquímicas varían en poca distancia; acá puedo tener hidrocarburo, pero a poca distancia, no", advirtió el especialista. "Por eso me llama la atención que todavía no se hayan mostrado mapas geoquímicos detallados de Vaca Muerta".
"En Vaca Muerta, la roca ya generó el hidrocarburo, pero todavía tiene un gran porcentaje retenido en su interior. Por eso es tan complicada su extracción", explicó Carlos Camilletti ante una consulta de LA ARENA sobre la reserva de petróleo y gas del subsuelo neuquino y los riesgos ambientales que conlleva su explotación. "Se requieren técnicas muy costosas, que todavía no se aplican en nuestro país. Son muy modernas pero no son todo lo peligrosas ni agresivas que dicen los grupos ambientales", sostuvo. "Se están diciendo muchas cosas que no son ciertas", evaluó el docente universitario al señalar que el manejo de la información confunde a los ciudadanos.

"Fracking".
Para extraer el hidrocarburo de las lutitas de Vaca Muerta deberán utilizarse técnicas objetadas por organizaciones ambientales a raíz de su supuesto riesgo ambiental. Camilletti aclaró que los riesgos no son tales y que esas técnicas no conllevan ningún peligro adicional respecto a los métodos habituales de la industria del petróleo. "Si llegara a haber contaminación, sería por negligencia de la operadora o por falta de controles, pero no por las técnicas en sí mismas", subrayó.
-Un diario informaba que en Vaca Muerta se va a utilizar una técnica llamada "fracking".
-Es fractura hidráulica. Muchas organizaciones ambientalistas la han cuestionado, pero yo no estoy de acuerdo con esas críticas porque la fractura hidráulica depende de cómo se haga, dónde se haga y sobre qué se haga. Es cierto que en algunos lugares ha provocado problemas, pero es cuando se hace a escasa profundidad, o cuando los sustratos están muy deformados por esfuerzos. En estos casos se debe de contar con información geológico-estructural detallada para minimizar los impactos negativos
-¿A cuánto está Vaca Muerta, por lo menos el sector del que se habla ahora?
-Entre 3.000 y 3.500 metros de profundidad, en algunos lugares a menos. Los acuíferos de agua potable en la zona, por ejemplo el de Añelo, donde está Loma de la Lata, está a 460 metros de profundidad. Es un acuífero confinado de alta calidad, de muy buena temperatura, más de 35 grados centígrados, con una recarga que ocurre da en el Auca Mahuida, que no está aprovechado. La utilización de fractura hidráulica no lo afectaría, menos aún a la freática.
-Se habla de riesgo de contaminación de los acuíferos.
-Todo pozo petrolero o gasífero lleva lo que se llama cañería de revestimiento. La primera cañería de revestimiento se hace hasta los 400 ó 600 metros, eso depende de la profundidad de los acuíferos, y es precisamente para protegerlos. Esa cañería aísla los acuíferos superficiales; además al pozo se lo perfora con bentonita, como si fuera un pozo de agua común, a efectos de evitar el daño sobre el acuífero. Los lodos que se usan por debajo son químicamente más complejos y sus filtrados podrían ocasionar algunas reacciones con el agua de los acuíferos. Una vez que se establece y se cementa esa cañería, no hay ninguna posibilidad de que el acuífero quede contaminado, salvo si esa cañería se rompe o ha sido mal instalada Como por dentro de esa cañería van dos cañerías más, es prácticamente imposible sortear esas barreras, casi imposible. Y la última cañería va presurizada, así que con más razón todavía.
-A veces hay denuncias por contaminación.
-El daño ambiental que se genera en superficie es más que nada por negligencia en el manejo de las instalaciones superficiales: pérdida de cañerías subterráneas, derrames de petróleo de algún camión, los lodos... aunque en este momento en Argentina se está trabajando con locación seca. No existen más las piletas famosas donde caían los pájaros. Todo el petróleo y los productos que salen de una perforación van directamente a un contenedor y ese contenedor es procesado in situ o llevado a una planta de tratamiento para su disposición final. Todo lo que sale del pozo se recicla: papel, madera, hierro, aceites, lo que sea. Se ha minimizado al máximo la contaminación ambiental.

Geoquímica.
-Decías que hasta ahora no se han divulgado mapas geoquímicos de Vaca Muerta.
-Hay mapas regionales, pero no de detalle. Eso llama la atención. Se está extrapolando lo que se ha encontrado en una locación en particular, que es el yacimiento Loma de la Lata y la periferia del yacimiento, que no supera los 300 kilómetros cuadrados, al resto de la cuenca, que llega hasta la localidad de Malargüe en provincia de Mendoza. Esta extrapolación es peligrosa, porque la materia orgánica no se deposita en forma uniforme en toda la cuenca, sino de acuerdo a las condiciones de preservación, de generación y de maduración. La "cocina" de hidrocarburos está en el lugar donde las condiciones de presión y temperatura fueron las adecuadas, que quizás no se dieron en otro cercano. A lo mejor en otro lugar está la roca madre pero no ha generado hidrocarburos libres.
"Cuando una roca genera hidrocarburo -añadió- lo expulsa, pero la mayor cantidad, dependiendo de la roca y cantidad de materia orgánica, casi el 90 por ciento del hidrocarburo producido, permanece dentro de la roca, no sale porque está retenido por las fracciones arcillosas y por la microfracturación de la propia roca". Ese porcentaje retenido llega a un 90 por ciento del hidrocarburo.
Para vencer esa absorción de la propia roca se la "estimula" para que suelte los fluidos. "Eso se logra con fracturación y con productos químicos", explicó Camilletti. Como técnica adicional, a veces estas fracturas se lavan con detergentes, "o sea, se introduce una sustancia sulfactante para disolver el hidrocarburo y ese sulfactante después en superficie se lo separa y se lo vuelve a inyectar". Ello siempre y cuando la roca haya generado el hidrocarburo y lo tenga en su interior.
-¿En Vaca Muerta tenemos hidrocarburo libre pero está retenido, la roca todavía no lo expulsó?
-Exacto. Lo más preocupante es que no he visto mapas geoquímicos de contenido en fluidos libres de la Formación Vaca Muerta, o sea que no podemos estimar reservas regionales si no tenemos esos mapas. Quien ofrece números sin esos mapas está mintiendo. No es lo mismo decir contenido materia orgánica que fluidos libres.

"Llama la atención que no se hable de Quintuco"
Otra formación geológica con interesantes posibilidades hidrocarburíferas es Quintuco, más joven que Vaca Muerta y con una distribución similar, comentó Camilletti. "Llama la atención que se hable tan poco de Quintuco siendo que es una roca generadora que tiene un elevado potencial gasífero y petrolífero", acotó.
Quintuco es una formación geológica "con elevadas presiones en algunos sectores", algo que ocurre cuando "el hidrocarburo que la roca tiene en su seno no ha sido expulsado fehacientemente", explicó el docente. "Estas moléculas al querer salir y no poder hacerlo presurizan la roca, y eso hace que a veces cuando se perfora Quintuco haya surgencias de gas y de petróleo, que rápidamente se extinguen porque la roca tiene baja permeabilidad y se descomprime enseguida". Si la roca se estimula con fractura o disolución ácida "posiblemente se logre muy buena cantidad de gas o de petróleo de calizas cerradas".

Volcanes.
En provincia de Neuquén y en el sur de Mendoza, no muy lejos de territorio pampeano, existe una serie de volcanes de carácter basáltico y edad cenozoica que han dado lugar a las condiciones para la generación y almacenamiento de petróleo o gas. Estos volcanes son el Auca Mahuida, el Payún Matrú, la sierra de Chachahuén y el Cordón del Nevado, todos formados a consecuencia de los mismos procesos tectónicos que provocaron la elevación de la cordillera de Los Andes, y en teoría por un basculamiento de la placa oceánica que subduce.
La aparición de estos volcanes aceleró el proceso de formación de hidrocarburos -que aún no había llegado a la ventana de generación- e incluso proveyó el espacio para alojar el fluido. Esto es porque el volcán produce inyecciones laterales de magma que se desplazan a partir del conducto principal siguiendo los planos de debilidad de las capas sedimentarias. Esa inyección magmática, llamada "filón" o "filón capa", recalienta la roca de caja y la metamorfiza dando lugar a una "cocina" de hidrocarburos. Cuando el magma se introduce lo hace a elevadas presiones, similares al proceso de "fracking" pero a mayor escala. La zona fracturada y la contracción por enfriamiento de la inyección magmática, crean espacios disponibles que aprovecha el hidrocarburo generado para alojarse..
"Hay varios yacimientos en la zona del Auca Mahuida que producen desde estos filones por sobremaduración de Quintuco", subrayó Camilletti. "Es un dato interesante que en algunos sectores esta formación tiene una alta probabilidad de producir hidrocarburos", acotó.

El fondo de antiguos mares.
Hace 80 millones de años, una enorme cuenca oceánica ocupaba el territorio de Neuquén y se extendía hasta el sur de la Mendoza, suroeste de La Pampa y oeste de Río Negro. En el fondo de ese mar interior se depositó una espesa sucesión de roca a partir de deslizamientos llamados flujos turbidíticos, generados por la inestabilidad geológica que primaba en esos momentos. Son las lutitas de la formación Vaca Muerta. Junto con las lutitas se acumularon los restos de los organismos marinos que caían al fondo de la cuenca al morir, y que hoy son los responsables del petróleo y el gas que YPF quiere explotar junto con la compañía norteamericana.
Las lutitas son rocas que están a las puertas de ingresar en un proceso de metamorfismo. Están más modificadas que una pelita, una roca típicamente sedimentaria, pero no llegan a una pizarra, una roca metamórfica de grado bajo. Su grano muy fino -de tamaño arcilla- le confiere una baja porosidad y menor permeabilidad. Por ello, la explotación comercial del hidrocarburo que contienen sus poros es más complicada que en el resto de los yacimientos petroleros, que en su mayoría están conformados por areniscas, una roca devenida de la arena y con mucho más volumen de espacio disponible entre sus granos.
Las lutitas de la Formación Vaca Muerta se depositaron en el talud continental de aquella cuenca marina a partir de flujos turbidíticos. "Las turbiditas son desplazamientos masivos de sedimentos hacia el fondo, una resedimentación intracuencal que arrastra todo este material hacia un lugar donde se preserva mejor", explicó Camilletti, titular de la cátedra de Geología de Combustibles en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.
El material depositado cuando la corriente perdía fuerza era tapado luego por el material más fino que quedaba en suspensión y que decantaba muy lentamente. Deslizamientos posteriores acumulaban más sedimento y favorecían la preservación de la materia orgánica que caía al fondo oceánico en forma lenta pero continuada. Se cumplía así uno de los pasos fundamentales del proceso hidrocarburífero: la preservación, acumulación y rápido sepultamiento de materia orgánica en un ambiente deficitario en oxígeno.

Fuente: Diario La Arena, 28 de octubre de 2013

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