lunes, 14 de septiembre de 2015

San Juan ya construye una nueva represa


Lenta agonía del Salado-Chadileuvú
Se trata de El Tambolar, el proyecto para el cual el gobierno nacional gestionó financiamiento chino. Los trabajos comenzaron a principios de año. Cuando se termine, generará el mayor embalse de esa provincia.
Con un caudal promedio dos veces más grande que el del río Atuel, el río San Juan es el más caudaloso de la cuenca del Desaguadero-Salado-Chadileuvú, una enorme región hidrográfica que se extiende en la zona más árida de nuestro país y abarca a varias provincias, La Pampa entre ellas. En los últimos años su caudal empezó a menguar aguas abajo producto de la crisis hídrica que atraviesan los ríos de la región pero también por la puesta en marcha de nuevas obras de regulación. La más reciente es la represa de Punta Negra, una obra que ha generado una fuerte reacción en nuestra provincia por lo que parecen ser las vísperas de una historia similar a la del río Atuel. Un tema para prestarle toda la atención que se merece, máxime que otra represa, aún más grande, ya está en marcha. 

Fuente del mapa: http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=1827512A














La lenta desaparición en territorio pampeano del río Salado es resultado de la crisis hídrica que atraviesan todos los ríos de la región, pero también de los aprovechamientos hidroeléctricos que se están haciendo aguas arriba, que retraen cada vez más caudal a los tramos medios e inferiores de la cuenca. A los nuevos aprovechamientos se deben sumar los "históricos" que Mendoza tiene sobre sus ríos, que por norma general impiden que sus aguas lleguen hasta el Desaguadero, el colector de la cuenca.
Aunque es el más importante de la cuenca, el río San Juan era hasta ahora el menos regulado de todos. La situación ya empezó a cambiar y lo hará en mayor grado en los próximos años. Las consecuencias se sentirán directamente en nuestra provincia, donde el río Salado ya está experimentando una lenta pero constante retracción.

Quebrada de Ullum

Durante años, la única obra de aprovechamiento hidroeléctrico sobre el río San Juan fue el embalse Quebrada de Ullum, un dique ubicado 20 kilómetros al noroeste de la ciudad de San Juan con una capacidad de almacenamiento de 440 hectómetros cúbicos. El dique se inauguró en diciembre de 1980 y generó un embalse de 3.200 hectáreas de superficie.
Mientras la represa Quebrada de Ullum fue la única obra de regulación sobre el San Juan, el funcionamiento de la cuenca fue normal y solo sujeta a las variaciones estacionales controladas por el clima y los usos consuntivos de sus aguas. En La Pampa, el ingreso del río Salado fue ininterrumpido y con caudales importantes, algunos de ellos al punto de provocar desbordes e inundaciones. En general, el río llegaba hasta las lagunas del sistema de Puelches y, eventualmente, activaba el cauce del río Curacó hasta la laguna La Amarga. Si el Atuel también aportaba lo suyo, el conjunto del oeste pampeano vivía unos meses de escurrimientos intensos y con lagunas y bañados colmados que permitían atisbar por un instante lo que fueron las épocas de gloria de la zona.
Si la situación cambió a fines de la década pasada, más lo hará a partir del sábado 29 de agosto y se agravará cuando se concrete la construcción de la represa de El Tambolar.

Los Caracoles
Aguas arriba del dique de Ullum se encuentra Los Caracoles, otra represa que modificará la dinámica natural del río San Juan. Fue inaugurada en diciembre de 2008, también por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y el llenado de su embalse avanza a ritmo lento por la crisis hídrica que viven los ríos cordilleranos del centro y norte del país.
El embalse tiene un volumen máximo de 556 hectómetros cúbicos, ocupa una superficie de 3.200 hectáreas y permite regar unas 17.000 hectáreas. Posee una central hidroeléctrica al pie de presa con una capacidad de 132 megavatios.

Embalse compensador
Punta Negra, la represa que tanta repercusión ha tenido en nuestra provincia, se ubica poca distancia aguas abajo de Los Caracoles y será su "embalse compensador". Esto significa que Punta Negra almacenará el agua que se libere desde Los Caracoles cuando sus turbinas estén trabajando a máxima potencia, lo que ocurre en las horas de máxima demanda de electricidad. Desde Punta Negra, el agua almacenada se erogará en forma paulatina y acorde a las necesidades de riego y de consumo humano. Este programa de manejo permite eficientizar el aprovechamiento de Los Caracoles y hacer un manejo amigable con el ambiente del agua.
La construcción de Punta Negra comenzó en diciembre de 2009 -un año después de terminada Los Caracoles- y la represa quedó inaugurada el 29 de agosto en un acto que encabezó la presidenta Cristina Fernández. La propia Presidenta, a través de videoconferencia, dio la orden de cerrar las compuertas y comenzar con el llenado del embalse. Esto tomará su tiempo ya que la crisis hídrica aún se mantiene y Los Caracoles todavía tiene capacidad de almacenamiento disponible.
El proyecto de Punta Negra contempla la instalación de una pequeña central hidroeléctrica al pie de la presa. Tendrá dos turbinas tipo Francis que sumarán una potencia de 62,2 megavatios.

El Tambolar

De contar durante décadas una sola obra de regulación sobre su curso principal, San Juan pasó en pocos años al otro extremo de la escena: ya tiene tres importantes diques en funcionamiento -o por lo menos en la etapa de llenado de sus embalses- y está en marcha el proyecto para construir un cuarto: El Tambolar.
Esta represa tuvo su impacto periodístico a principios de año cuando trascendió que uno de los acuerdos que había firmado la presidenta durante su viaje a China incluía la financiación para construir esta nueva represa sobre el río San Juan. En ese momento se escucharon las primeras voces críticas a la iniciativa, en particular a la falta de consulta a las provincias de la cuenca sobre el tema.
El proyecto El Tambolar contempla la construcción de una represa en posición más alta a la de Los Caracoles, unos 20 kilómetros aguas arriba de ésta. En la primera etapa de la obra se planean invertir 68 millones de dólares a lo largo de 2 años y cuatro meses.
El Tambolar ya está en marcha. Fue adjudicado a Techint-Panedile, el mismo consorcio que construyó Los Caracoles y Punta Negra. Las obras empezaron pocas semanas después de que la Presidenta volviera de China. En estos meses, las máquinas están concentradas en la construcción del canal por el cual se desviará el río San Juan para despejar el tramo donde se levantará el gigantesco muro que frenará las aguas del río.
Cuando El Tambolar se termine, generará el embalse más grande la provincia de San Juan: 605 hectómetros cúbicos de capacidad, más que todos los ya existentes. Tendrá una central hidroeléctrica empotrada en uno de los cerros con una capacidad intermedia entre la de Los Caracoles y Punta Negra.
El futuro del río San Juan, y por ende el Desaguadero y su continuidad aguas abajo, el Salado-Chadileuvú, estará en juego. Si para entonces La Pampa no logra acordar con San Juan un programa de embalses y desembalses que garantice la llegada a la provincia de un mínimo caudal, el Salado terminará por desaparecer. Será la misma historia que el Atuel, solo que en tiempo presente y ante nuestros ojos. Y no habrá gobierno central ni sumisión territoriana a la cual echarle la culpa.

Un punto de inflexión
De acuerdo a los datos aportados por la Secretaría de Recursos Hídricos de La Pampa, el ingreso del río Salado-Chadileuvú a La Pampa tuvo un punto de inflexión en el segundo semestre del año 2009, justo después que terminó la construcción de Los Caracoles y comenzó el llenado de su embalse.
En julio de 2009, ingresaban a nuestra provincia unos 13 metros cúbicos por segundo, según la medición en la escala ubicada bajo el puente de la ruta provincial 10 -unos pocos kilómetros al este de la localidad de Santa Isabel-.
En septiembre de ese año, el caudal había bajado a 3 m3/segundo, en noviembre estaba en 1 m3 y para enero estuvo a punto de desaparecer. En los meses posteriores registró un leve repunte, pero apenas por encima de 1 metro cúbico y sin llegar a los 2 m3.
Desde esa fecha en adelante, el caudal que circuló bajó el puente de la ruta 10 siempre estuvo por debajo de un metro cúbico por segundo, y en más de una oportunidad orilló la desaparición.
Un caudal tan exiguo en los primeros kilómetros de territorio pampeano significa que el río termina por desaparecer un poco más adentro del territorio, sin llegar siquiera hasta la localidad de La Reforma, donde cruza la ruta provincial 20.
La permanente, y casi total en algunos casos, retracción en el espejo de agua de las lagunas que se alimentan de este curso de agua, la desaparición del mismo en gran parte del territorio, y las subsecuentes alteraciones del ecosistema fluvial, son las consecuencias más evidentes.

"Repetido incumplimiento"
San Juan quiere obligar a Mendoza a que haga mosto con uvas comunes, proponiendo una prohibición para que variedades como cerezas y criollas se destinen a vino y sí que vayan a mosto.
Debido a que se prevén excedentes de vinos en Mendoza para la próxima temporada, situación que afectará nuevamente a la región cuyana, el gobierno sanjuanino ideó una propuesta para tratar de reducir la cantidad.
El plan consiste en buscar un nuevo acuerdo del mosto, ya que, a diferencia de lo que pasa en San Juan, en Mendoza no se respeta el porcentaje pactado de elaboración de ese producto y se termina engordando el stock vínico que deprime los precios.
Por eso, la idea sanjuanina es obligar a los bodegueros y productores a que destinen las uvas comunes, como cerezas y criollas, a mosto y se prohíba su uso para la elaboración de vinos. De concretarse, la medida impactaría de lleno en suelo mendocino, dado que allí se hacen caldos con esas variedades, como los 108 millones de litros de este año, mientras que en San Juan no se vinifica nada con esas uvas, según los datos del Ministerio de la Producción.
Si las provincias llegaran a suscribir la idea sanjuanina, se trataría un "pacto inédito" en la historia de esta industria.
Si se hubiera aplicado el mecanismo este año, según previsiones oficiales, se habría eliminado la mitad del sobrestock de 300 millones de litros de vino. Y en el caso de que se pusiera en marcha para la próxima temporada, se sacarían más de 100 millones de litros que engrosarían un excedente que puede girar en torno a los 200 millones.
Este año, la región atravesó una dura crisis vitivinícola por ese motivo, y entre las causas principales aparece el "repetido incumplimiento" del acuerdo del mosto por parte de Mendoza, de acuerdo a la visión del gobierno sanjuanino y de los actores vitivinícolas.
La propuesta la dio a conocer el ministro de Producción de San Juan, Marcelo Alós, quien manifestó que se trata de "un aporte que nos parece viable, que hay que discutirlo, mejorarlo o implementarlo tal cual lo planteamos" y que "si no hacemos nada, vamos a estar muy complicados el año que viene. Por eso, nos parece que es urgente poner el tema en la agenda".

Fuente: Diario La Arena, 13 de septiembre de 2015

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