Las disputas abarcan más de 9 millones de hectáreas productivas y afectan a más de 63 mil agricultores familiares. Las provincias del NOA concentran casi el 30% de las controversias. Reclamo por la sanción de una ley que frene desalojos.
El trabajo traza un mapa urgente. Le da un marco teórico y funciona
como una evaluación rigurosa de las noticias que suelen llegar a los
diarios recién cuando se convierten en sangre. Son asesinatos que
encienden una alerta, pero que, casi sin remedio, se diluyen con
velocidad en la agenda más caliente. Los crímenes de Cristian Ferreyra,
hace un año, y Miguel Galván, veinte días atrás, son buenos ejemplos.
Casos donde se denuncian bandas armadas comandadas por empresarios del
agro en Santiago del Estero. Una provincia a la que el estudio al que
accedió Tiempo Argentino reconoce como una de las más conflictivas.
El trabajo, aún no oficializado, divide en regiones las zonas de
conflictos. El ránking está encabezado por el NOA (Salta, Jujuy,
Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero) con el 28,2% de los casos
detectados. La Patagonia (Río Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del
Fuego e islas del Atlántico Sur) y el NEA (Chaco, Formosa, Misiones,
Corrientes) con el 21,1% y 19,3 por ciento. La zona Centro (Buenos
Aires, Entre Ríos, Santa Fe y La Pampa) sigue con el 19,1% y en el
último escalón está Cuyo (Mendoza, San Luis y San Juan) que abarca el
11,7% de los problemas de tierra. Las provincias más complicadas son
Santiago del Estero, Córdoba, Misiones, Neuquén, Corrientes y Jujuy, en
cada una de ellas se anotó, individualmente, más del 6% del total de
disputas.
Otra manera de evaluar la intensidad del problema es tomar la
cantidad de familias involucradas en los conflictos. En ese caso, el
listado lo encabezan Misiones, Salta, Santiago del Estero y Jujuy.
Un dato de peso, que a su vez es destacado en el resumen ejecutivo,
es la condición jurídica de los agricultores familiares involucrados en
estas situaciones. El 87,6% son poseedores de tierras. El 8,5% son
propietarios. Y el 4% son tenedores. Y del total de los poseedores, el
77,6% tienen más de 20 años de posesión, es decir que cumplen con el
lapso de tiempo establecido por la usucapión (o ley veinteañal) para
pedir al Estado el reconocimiento de sus derechos posesorios.
Las pujas, por otra parte, se desarrollan en el 49% de los casos en
tierras privadas, el 34% en tierras fiscales y el 17% en tierras mixtas
(privadas y fiscales).
El trabajo del Ministerio de Agricultura aborda, además, las
razones que originan los problemas. En el 18,25% de los casos hay
títulos incompletos o inexistencia de títulos, en el 8,95% usurpación de
tierras campesinas o indígenas, más un porcentaje similar de despojos y
pedidos de reconocimiento de tierras indígenas, entre otros factores.
La concentración de la producción agropecuaria, la expulsión de
agricultores hacia las ciudades, el aumento de precio de hasta un 600%
de la tierra productiva entre 1998 y 2011, la expansión de la frontera
agropecuaria, el crecimiento de la megaminería y el desarrollo del
turismo –consigna el trabajo– explican la aparición de un nuevo actor,
al que se llama "Nuevo Propietario". Se trata, al fin, de actores, a
veces con títulos inciertos, pero que, aun con papeles en regla, sus
títulos ya no tienen vigencia. E intentan recuperar tierras que
abandonaron hace más de 20 años. Es decir: que no ocuparon, no
trabajaron ni deslindaron.
Las batallas son silenciosas y tierra adentro. Entre las
particularidades del trabajo sobresale que en casi el 70% de los
conflictos se desarrollan en tierras con accesos malos o regulares. Los
poseedores rurales denuncian que las amenazas, en la mayor parte de las
casos, provienen de particulares (el trabajo señala que en muchos casos
hay guardias privadas armadas). En cambio, la mayoría de los
propietarios que ven amenazados sus derechos señalan a organismos y
funcionarios estatales.
A la hora de las conclusiones, el trabajo destaca la necesidad de
un saneamiento de títulos que, a pesar de la complejidad legal, se
recomienda que sea encabezado por el Estado Nacional. A la vez que
propone, si se pretende enfrentar el proceso de exclusión social en el
campo, políticas de financiamiento para infraestructura, mecanismos de
capacitación y extensión, información, salud y transporte. Ante la
situación de "indefensión de los agricultores familiares", por la
dificultad para el acceso a la administración de justicia, el trabajo
recomienda en primer lugar: promover legislación que garantice la
suspensión de los desalojos. «
Fuente: Diario Tiempo Argentino, 29 de octubre de 2012
Para descargar el libro con los mapas hacé Clik aca:
http://www.proinder.gov.ar/productos/Biblioteca/contenidos/estinv.32.relevamiento%20y%20sistematizacion%20de%20problemas%20de%20tierra%20de%20los%20agricultores%20familiares%20en%20argentina.pdf
Comentario: en este relevamiento participamos con el Malut en la compilación de los datos de la provincia de La Pampa.
Para descargar el libro con los mapas hacé Clik aca:
http://www.proinder.gov.ar/productos/Biblioteca/contenidos/estinv.32.relevamiento%20y%20sistematizacion%20de%20problemas%20de%20tierra%20de%20los%20agricultores%20familiares%20en%20argentina.pdf
Comentario: en este relevamiento participamos con el Malut en la compilación de los datos de la provincia de La Pampa.
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